Las Salinas de Janubio, ubicadas en Lanzarote, son un paisaje impresionante que combina belleza natural y cultural. Este espacio está rodeado por los últimos vestigios volcánicos de Timanfaya y la playa de arena negra de Janubio, creando una explosión de colores fascinantes. La combinación de los contornos de lava volcánica en tonos negros, ocres y rojizos, junto con el tejido arquitectónico tradicional de las salinas, la sal que se va tornando rosa en algunas áreas, y los viejos molinos que ayudaban a transportar el agua hacia las salinas, configuran una estampa única de Lanzarote.

Las Salinas de Janubio han sido operativas desde 1895, lo que les ha permitido conservar un proceso de producción de sal que sigue siendo, en su esencia, tradicional. En su época más próspera, las salinas producían 13 millones de kilos de sal al año. Sin embargo, en la actualidad, solo se extraen alrededor de 2,5 millones de kilos anualmente, con un rendimiento que apenas alcanza el 15%. A pesar de los avances tecnológicos, como la sustitución de los molinos por bombas para el transporte del agua, el proceso sigue dependiendo de la habilidad y experiencia de los trabajadores, como el maestro Modesto Perdomo, quien supervisa la producción.
Uno de los productos más destacados de las Salinas de Janubio es la Flor de Sal, una sal pura y sin aditivos que se forma durante el proceso de evaporación de la sal marina. Este proceso es sensible a las condiciones meteorológicas, ya que, si llueve o hay calima, la producción puede alterarse. Durante los 15 días en que la sal se expone al sol, se forman finas escamas en la parte superior, que se retiran con un “jamo” para obtener la Flor de Sal. Este producto, considerado la “reina de las sales”, se distingue por su textura fina y crujiente, ideal para realzar platos como atún o entrecot. Su producción es limitada, lo que la convierte en un artículo exclusivo.
Las Salinas de Janubio también siguen produciendo sal marina, que, a diferencia de la sal industrial, es 100% natural. Estos productos pueden adquirirse en la bodega de la sal ubicada en el fondo norte de las salinas, donde se venden tanto la Flor de Sal como la sal marina tradicional.

En resumen, las Salinas de Janubio representan una de las tradiciones más antiguas de Lanzarote, manteniendo su proceso artesanal a pesar de la modernización en algunos aspectos, y siguen siendo un punto de interés turístico y cultural en la isla, al mismo tiempo que ofrecen productos de alta calidad como la Flor de Sal, que es reconocida como una joya gastronómica.
